Verdad y Vida Ene-Feb 2017 | Page 5

La mayoría de nosotros estamos tan acostumbrados a tener una conciencia de culpabilidad que cuando empezamos a creer en el evangelio sobre nuestra limpieza total del pecado, empezamos a sentirnos culpables por no sentirnos como tales. Es como si pensáramos que le gustaríamos más a Dios si nos negamos a sentirnos perdonados y limpios. Hebreos 10:19-22 dice: “sí que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en el Lugar Santísimo, por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cortina, es decir, a través de su cuerpo; y tenemos además un gran sacerdote al frente de la familia de Dios. Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura”. Estas son palabras de confianza, confianza de estar en casa en la presencia de Dios, no aplastados con una carga de culpabilidad. Es la confianza en Dios mismo, que nos amó tanto que envió a su Hijo para quitar nuestra culpa y darnos todos los privilegios de hijos amados y gozar de una relación con él como sus hijos. por medio de Jesucristo: “Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado. En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia” (Efesios 1:3-7). No tiene nada que ver con cuan buenos somos nosotros, o pensamos que somos, sino con tener fe en lo que Dios ha hecho por nosotros en y El evangelio, gracias a Dios, no es religión. Es el final de la religión. Es buenas noticias, las buenas noticias de que Dios te ama tanto que envío a su Hijo para que pagara la maldición de tu pecado y resucitara de la muerte para que puedas estar en paz con él y disfrutando de una relación de amor con él para siempre si así lo aceptas. www.comuniondelagracia.es Verdad y Vida Enero - Febrero 2017 5