38
bailaban con ella y los que transitaban de un escenario a otro. Al final, ni siquiera
Tlaloc se quería perder la diversión que se fundía con alegoría, regocijo y alegría,
de manera que hizo su aparición desde las 11 de la noche y ya no se fue. Se quedó
con los tapatíos y el RevolutionFest, quienes entre lodo, gritos, llanto, carcajadas
y resbalones, fueron abandonando de a poco las instalaciones del club, pero los
recuerdos de la experiencia recién vivida, esos jamás abandonan.
Visita nuestra plataforma web:
revueland.com
El espacio donde seres inspirados
por la vida se reúnen y hacen crecer
su espíritu humano.