Revista UNADicción Abril | Page 12

or qué me está pasando esto a mí si yo

creo en Dios? Soy una persona de bien,

quiero un mejor lugar para todos, ¿se

enterará mi pueblo de mi desgracia? ¿Se unirán en contra de la clase política? Tal vez no me hagan nada, tal vez solo me curen y me suelten, es solo un escarmiento, solo quieren asustarnos, las heridas han de ser superficiales.

Han venido por mí. Me llevan arrastrando, no les importa mi condición. Mis temores han sido

confirmados: la justicia no trabaja para el pueblo. La justicia es una prostituta vendida al crimen.

Me han entregado a seres sanguinarios aquellos tan egoístas que lo mismo les da que sean propios o ajenos, todos se ajustan a la misma regla: el dinero manda.

Es por eso que dejan hijos regados por doquier, ninguno les interesa. Si muere uno tendrán otros para suplirles. Dicen que la familia es primero, pero es a su familia a quien condenan primero y todos hacen reverencia al mismo “caballero”. Les han prometido opulencia, pero muchos no saben lo que deben pagar por ella. Éstos son los pobres. Éstos son los que a sí mismos se han marginado, se han privado de una tarde de familia, de correr por el campo descalzos, de jugar con sus hijos, de enseñarles las bondades de la tierra como conmigo lo han hecho mis padres. Muchos de ellos eran mis hermanos, no vieron la riqueza que tenían; se dejaron engañar, dejaron los machetes y rastrillos por esas herramientas que nada construyen, que solo siembran terror y odio.Muchos han olvidado a los suyos engatusados por promesas vacías ¿me recordarán? ¿Y si les hablo por su nombre, me soltarán? Hace un rato nos golpearon a todos. Dijeron que lo merecíamos, que por hacernos los machitos.

¿P

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