Revista Calderón | Page 47

El decorado era llamativo: cada sillón, mesilla, sofá, lamparita, plato, tenedor… eran también protagonistas en cada una de las escenas de la obra y reforzaban el desorden, la locura reinante en la casa. El vestuario era el adecuado para unos personajes pertenecientes a una clase burguesa, pero hubiéramos preferido que los personajes, que interpretaban a los locos de la familia, se vistieran de una manera más alocada. Nos encantó el teatro por ser muy pequeño y acogedor; solo estábamos los alumnos del IES “Calderón de la Barca”. Para algunos de nosotros, era la primera vez que asistíamos a una representación en un teatro. En el momento en el que nos íbamos a marchar, los actores accedieron a tomarse algunas fotos con nosotros. Finalmente, nos despedimos con un gran aplauso.