El decorado era llamativo: cada sillón, mesilla, sofá, lamparita, plato,
tenedor… eran también protagonistas en cada una de las escenas de la
obra y reforzaban el desorden, la locura reinante en la casa.
El vestuario era el adecuado para unos personajes pertenecientes a una
clase burguesa, pero hubiéramos preferido que los personajes, que
interpretaban a los locos de la familia, se vistieran de una manera más
alocada.
Nos encantó el teatro por ser muy pequeño y acogedor; solo estábamos
los alumnos del IES “Calderón de la Barca”. Para algunos de nosotros, era
la primera vez que asistíamos a una representación en un teatro.
En el momento en el que nos íbamos a marchar, los actores accedieron a
tomarse algunas fotos con nosotros. Finalmente, nos despedimos con un
gran aplauso.