Revista Calderón | Page 26

¿Y aguantará? A sí era necesario reforzar ciertas uniones ¡Ante el temible esfuerzo de cortadura!, reducir la flexión del tablero, usando tensores (en nuestro caso, humildes trozos de hilo) que, además mejorasen la estabilidad y algunos trucos más, como las escuadras en la base de los pilares que aumentaban la estabilidad y repartían el peso. El trabajo comenzó por el tablero (plataforma del puente), continuando por los pilares, las vigas y los refuerzos en las uniones. ¡Nada de medir a ojo! La precisión es importante, el milímetro cuenta y los ángulos a escuadra deben ser de noventa grados. También la limpieza y el orden en el trabajo ¡Es un trabajo de equipo! (Cooperativo, lo llaman ahora) y el trabajo de todos es importante. Por último, se colocaron los tensores ¡Ya hemos terminado! ¡Ya es un puente colgante! Pero no, no habíamos terminado, quedaba lo más importante: la prueba de carga. Y no solo eso, porque la estructura también tenía que ser ligera, estar bien construida y tener una luz (distancia longitudinal entre los apoyos) que pudiese salvar el río, autopista o lo que nuestra imaginación quisiera poner por debajo. Empleando una báscula de precisión pesamos los puentes: poco mas de cien gramos ¿Sólo? Medimos la luz y por último la prueba definitiva: la prueba de carga. En las estructuras, llamémoslas así, reales, se emplean camiones llenos de arena. Nosotros fuimos mas humiles y sustituimos los vehículos por tetra briks llenos de agua. Empezamos por dos kilos ¡El aprobado estaba en juego! y después los briks. Al principio, los alumnos escépticos veían con preocupación la prueba de carga, pero poco a poco se fueron animando ¡Ponle más profe, que aguanta! Y vaya si aguantaron: algunos cerca de quince kilos y tal vez más, pero era imposible colocar más tetra briks sin que éstos se cayeran. Digamos que a los puentes no les cabían más camiones. Los resultados han sido espectaculares: estructuras de poco más de 100 gramos que aguantan más de 15 kilos de peso, es decir, que soportan ¡150 veces su propio peso! ¡Enhorabuena a nuestros pequeños ingenieros!