¿Y aguantará?
E
sta fue la pregunta que realizaron
los alumnos de 1º de la ESO cuando el
profesor les propuso construir un
puente de papel que soportase un peso
mínimo de dos kilos. El reto estaba en
construir una estructura con forma de
puente colgante que no solo aguantase
ese peso mínimo sino que también
fuese ligera y estable. Parecía
imposible: un puente de papel. ¡Si el
papel no aguanta nada!, dijo alguno.
"Mejor de madera, profe", dijo otro.
Y precisamente en este concepto
está el secreto de las estructuras, en el
empleo de materiales ligeros y, a priori,
poco resistentes, pero que dándoles la
forma adecuada, conseguimos
construcciones que soportan elevadas
cargas, son estables y ... además son
bonitas.
La naturaleza es sabia ¿Por qué no
imitarla? La estructura de nuestro
cuerpo está formada por huesos, cuya
sección es circular y hueca, es decir,
tiene forma de tubo. Y de tubos (de
papel, no lo olvidemos) sería nuestro
puente.¿Y con eso basta? No. Era
necesario comprender conceptos algo
más complicados como los esfuerzos:
la flexión, la compresión o la tracción, y
como mejorar nuestro puente para
evitar que los esfuerzos que soporta
debido al peso lo rompiesen.