Military Review Edición Hispano-americana Noviembre-Diciembre 2013 | Page 10

del Bundeswehr para desplegarse en “guerras” debido a las complicadas relaciones del país con el legado de la agresión nazi y las verificaciones institucionales que Estados Unidos contribuyó a instalar durante la ocupación de la Segunda Guerra Mundial.27 Al comandante que se le ha inculcado el mantra de “no participamos en la política” desde su ingreso a las fuerzas armadas, estará deficientemente preparado para encarar los desafíos del liderazgo consensual y negociaciones políticas requeridas por el comando multinacional. Si bien el impacto potencial, por lo regular, es menor en las filas de grado inferior, el “cabo táctico” de Krulak espera en el ala. Es mejor que el cabo esté consciente del potencial impacto estratégico —o, según se alega en este artículo, el potencial político— de sus acciones y las interacciones con los socios multinacionales. En cuanto a la experiencia del autor de servir junto a los socios de la coalición en la Fuerza Multinacional-Irak, era vital que hasta los oficiales de mayor grado y los soldados comprendieran las limitaciones políticas internas de otras naciones que aportaban tropas. Por ejemplo, la capacidad de los contingentes, en especial, de salir de la instalación podría ser más limitada en el periodo previo a una elección en la capital de origen de los contingentes. Si los militares estadounidenses no estaban conscientes del contexto de tales limitaciones, podía llevar a fricciones cuando un socio de la coalición tenía expectativas poco realistas de lo que otro contingente tácticamente podía aportar en un momento determinado. Si los integrantes “apolíticos” de las fuerzas armadas de cada estado no están familiarizados con el contexto político de sus propias capitales, ¿qué posibilidad tienen de comprender el contexto político de las capitales de sus aliados o socios 8 de la coalición? Esto no es para sugerir que los integrantes de las fuerzas armadas deben adoptar una postura normativa acerca de las políticas internas, ya sea, en su propia capital o en la de un socio de la coalición. Esto no es un consejo nuevo, al igual que las Instrucciones para los soldados estadounidenses en el Reino Unido en la que en 1942 se le advertió no criticar al Rey inglés.28 En un contexto moderno debe evitarse el partidismo en pro del buen orden y disciplina. Más bien, lo que se necesita es una concienciación y comprensión política. El contexto del país anfitrión Operacionalmente hablando, los conflictos contemporáneos en los que se ha visto involucrado Estados Unidos en la época de la post guerra Fría, frecuentemente, han sido con el gobierno del Estado en el que operan como un aliado en lugar de enemigo, más obviamente la MNF-I en Irak y la ISAF de la OTAN en Afganistán con los Gobiernos de Maliki y Karzai, respectivamente. En calidad de Jefe del Estado Mayor británico, el general Sir David Richards, enfatizó el hecho cuando era el comandante de la ISAF— La estrecha interacción político-militar con el Gobierno de Afganistán [GOA]… [constituye un] factor determinante de las operaciones de la OTAN en Afganistán… la fuerza multinacional en Afganistán tiene que escuchar a los socios civiles, tanto de la comunidad internacional como, aún más importante, del Gobierno afgano y del propio pueblo, que sin su participación jamás tendría una solución duradera.29 Richards llegó a declarar que, “aquí es donde la OTAN, en el análisis final, será juzgada… ¿“Trabajamos incansablemente, en colaboración con el GOA y el pueblo afgano, para encontrar soluciones culturalmente aceptables a los problemas afganos”?30 La implican