Military Review Edición Hispano-americana Marzo-Abril 2014 | Page 57
el eslabón perdido
en la institución castrense es abolida”.1 El gobierno
prusiano también añadió el requisito de que todos
los candidatos a oficial sirvieran seis meses en
las filas de alistados —para garantizar un buen
comienzo hacia la competencia técnica— y asistir,
nueve meses a la escuela profesional antes de
ser nombrados. Estas reformas, comúnmente
reconocidas como el principio de la profesión
militar moderna, fueron concebidas para
garantizar la victoria futura, al aumentar el tipo
de líder que podía prosperar y lograr éxito en
el cada vez más complejo ambiente operacional
de la guerra de armas combinadas Napoleónica.
Cuando llegaron las reformas al comienzo de un
período de la dominación experimentada por las
fuerzas armadas prusianas y, más tarde, por los
militares alemanes, revolucionaron la manera en
que los ejércitos enseñaban, se desempeñaban y
desarrollaban a los líderes en el siglo XX.2
De manera similar pero menos monumental,
después de casi una década de operaciones de
combate continuas, en noviembre de 2009, el
Ejército de Estados Unidos publicó la Army Leader
Development Strategy (ALDS, por sus siglas en
inglés). La ALDS fue la visión inicial del Ejército en
cuanto a cómo centraría los medios institucionales
hacia el fomento de su nueva generación de líd