Military Review Edición Hispano-americana Marzo-Abril 2014 | Page 44
• Todos los centros de educación profesional
militar destacan el enfoque occidental y comprometen el tiempo de las clases e instrucción en
enfoques no occidentales, en un proceso justo y
equilibrado. Esto desafía nuestra preciada opinión
y valores.
Las opciones de muestreo destacadas previamente requieren un cambio significativo y
potencialmente perjudicial de cómo el Ejército
de EUA comprende el entrenamiento en un
nivel ontológico, filosófico y, probablemente, se
cumplirá con significativa resistensia.30 El desafiar
nuestro institucionalismo, especialmente, los que
están profundamente establecidos, requiere un
nivel de reflexión crítica y creatividad disruptiva
que, a menudo, nuestras fuerzas armadas arremeten para silenciar.31 Un factor significativo en esta
resistencia contra una adaptación sustancial radica
en nuestra paradójica postura sobre cómo ser
adaptable mientras, simultáneamente, adherirnos
a nuestra doctrina.32 Así como nuestra doctrina
es una fuerza impulsora detrás de todo entrenamiento incluyendo los sistemas virtuales, cómo
enfocamos nuestros escenarios de entrenamiento
virtual amerita una discusión sobre el simulacro.
La dependencia en los sistemas virtuales: Cómo
generar más simulacros de doble propósito
Desde la guía estratégica más alta hasta la más
baja, nuestro Ejército pone un fuerte hincapié
en los sistemas virtuales de entrenamiento.33
Estos sistemas proporcionan la oportunidad
para un ambiente de entrenamiento sumamente
complejo mientras reducen los costos de personal,
requisitos de recursos y tiempo. Sin embargo,
tanto la estrategia de entrenamiento del Ejército
como nuestra tendencia a crear simulacros, en
realidad, se combinan cuando se depende de los
sistemas virtuales en el entrenamiento. Nuestro
simulacro crea otra capa de simulacros; o —el
casino ficticio de Venecia ubicado en Las Vegas
desarrolla un casino virtual que mantiene todo
el mismo simulacro en el sistema virtual mientras agrega otra capa de simulacro virtual. La
mayor tensión presente aquí es una cuestión de
explicación y contexto de entrenamiento. Tome
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en consideración el siguiente evento de entrenamiento virtual y “en vivo” en el mundo físico.
Si una red delictiva de contrabando se ubica
en un ambiente de entrenamiento virtual, tiene
la capacidad de actuar digitalmente, según las
reglas pre configuradas, donde tanto las acciones
físicas como el movimiento, equipo, personal y
armas, son observables para la unidad del Ejército.
Digitalmente hablando, un icono delictivo puede
atacar un puesto de control y ocasionar daño
virtual, con información que se envía a la unidad
para su análisis y reacción. Toda esta información,
ya sea, virtual o proporcionada por un entrenador,
lleva la explicación del simulacro porque los profesionales militares o contratistas, estrechamente
relacionados, desarrollan y administran todos los
sistemas virtuales y escenarios.34 Encontramos
el mismo problema que tienen las fuerzas de
oposición en que las metodologías de planificación, conceptos, idioma y valores impulsan a los
enemigos virtuales. En tanto, su explicación refleja
nuestros propios institucionalismos. Por consiguiente, los delincuentes virtuales hacen lo que
las fuerzas opositoras hacen en el entrenamiento
“en vivo” porque los explicamos como tal. En otras
palabras, crear un casino virtual que imita a la
ciudad de Venecia todavía mantendrá el mismo
simulacro que tiene el actual casino de Venecia en
Las Vegas. Tampoco refleja el original y ambas son
copias sin originales. Sin embargo, el simulacro
de entrenamiento virtual enfrenta otro problema
en cuanto al el contexto.
Contextualmente hablando, los sistemas virtuales sólo pueden crear un estrecho espectro
de simulación que orientan, en gran medida,
los aspectos físicos y cuantificables.35 Un tanque
enemigo virtual puede moverse a la velocidad
apropiada sobre el terreno virtual preciso y disparar armas de fuego en un régimen, alcance y
ocasionar daños que simula