Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2014 | Page 88

El momento está ahí con la revocación de No preguntar, no decir y el inminente cambio de política para permitir mujeres en las armas de combate. Necesitamos continuar, hasta acelerar este momento. Mientras más barreras eliminemos, cada soldado se sentirá más valorado por sus aportaciones singulares y mucho más rápidamente podremos convertirnos en una fuerza operacionalmente adaptable, ingeniosa, resistente y optimizada. Cómo re normalizar los estándares Los principales temas que siguen centrando el debate sobre el papel que desempeñan las mujeres en el Ejército y que los militares son física y psicológicamente diferentes en el grado que afectan o deberían afectar y, la integración de las mujeres en los roles físicamente exigentes. Según senala Catherine Aspy, una egresada de Harvard y ex soldado: “El combate principalmente no es sobre el cerebro, o patriotismo, o dedicación al deber. No hay ninguna que las mujeres soldados tengan en abundancia. El combate es sobre la capacidad de combate y la moral de la unidad. Aquí la fuerza física puede ser una cuestión de vida o muerte. Y por ello es que las diferencias físicas entre los hombres y las mujeres no pueden ignorarse.7 Este asunto es, sin duda alguna, uno de vida o muerte y Aspy está en lo correcto al decir lo siguiente: No se puede ignorar las diferencias físicas. Sin embargo, este hecho no debe cerrar las opciones, simplemente dar fuerza de gravedad a las decisiones que toman los lideres de mayor antigüedad para lidiar con el mismo. Una de las características distintivas de ser estadounidense es la oportunidad de soñar en grande y hacer realidad los sueños a través del coraje, tenacid