Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2014 | Page 85
mujeres
ajustar nuestro pensamiento —y rápidamente—
aunque sea difícil para muchos.
Dos fragmentos del diálogo de la película G.I.
Jane son instructivos de esta lucha.5 Los mismos
revelan cómo los estereotipos simultáneamente
son precisos y muy lejos de la realidad. Como un
repaso rápido, la estrella de la película G.I. Jane,
Demi Moore, desempeña el papel de la teniente
Jordan O’Neil, una joven oficial idealista de la
Armada a quien se le dio la oportunidad de asistir
al entrenamiento SEAL [Fuerzas Especiales],
donde su instructor y antagonista principal es el
Primer Contramaestre John Urgayle, protagonizado por Viggo Mortensen.
Teniente Jordan O’Neil: Le dieron la Cruz
de la Marina ¿cierto? Me pregunto ¿por qué
se la dieron?
Primer Contramaestre John Urgayle:
Puesto que tiene que ver en esta conversación, la obtuve cuando saqué a un hombre
que pesaba 250 libras de un tanque en llamas.
Teniente Jordan O’Neel: ¿De manera que
detenerse para salvar a un hombre lo convierte en héroe, sin embargo, si un hombre
se detiene para ayudar a una mujer lo hace
delicado?
Primer Contramaestre John Urgayle:
¿Hubiera podido sacar a ese hombre del
tanque en llamas? Teniente, ni siquiera, en
la actualidad, hubiera podido sacar su propio
peso corporal del agua.
Teniente Blondell: Teniente, ¿por qué hace
esto?
Teniente Jordan O’Neil: ¿Le hace la misma
pregunta a los hombres?
Teniente Blondell: De hecho, sí, les hago
la misma pregunta.
Teniente Jordan O’Neil: Y ¿qué le
responden?
Teniente Blondell: “Porque me permiten
destruir cosas”.
Teniente Jordan O’Neil: Bien, ahí tiene.
Cómo formular la pregunta correcta
La respuesta a la pregunta “¿Cuál es el papel que
desempeñan las mujeres en el Ejército de EUA en
Military Review • Enero-Febrero 2014
los siguientes 20 años?” es sencilla: el papel que
desempeña la mujer y el papel que desempeña
cualquiera minoría, debe ser idéntico al papel
que desempeña la mayoría. En otras palabras, las
mujeres deben poder hacer lo que son capaces
de hacer.
Si estamos verdaderamente comprometidos
a promulgar un cambio real, una pregunta más
importante que debemos hacernos es “¿Cuál es el
rol que juegan los líderes (la mayoría de estos son
hombres) en el Ejército de Estados Unidos en los
siguientes 20 años si vamos a lograr una fuerza
eficaz operacional y totalmente inclusiva”? Hasta
tanto respondamos esta pregunta sin prejuicios,
el responder la misma pregunta sobre las mujeres
solo tendrá resultados cosméticos y marginales.
Él éxito en el Ejército, o cualquier servicio
militar, no debe ser determinado por la raza,
género, orientación sexual o identidad sexual, sino
por la propia competencia y punto. Según senalé
en “Soldiers All” (Military Review, noviembrediciembre de 2011), el lograr plena y completa
equidad e igualdad significa estar ciego ante la
diferencia y, al mismo tiempo, estar bien consciente que existen las mismas. En lugar de usar
estas diferencias para dividir la fuerza, debemos
volvernos más sofisticados en el uso de estas
diferencias para lograr una ventaja operativa.
Debemos tener cuidado de no usar estas diferencias de manera estereotipada o generalizada.
Estas diferencias existen en un nivel individual
más que en un nivel de grupo o sub población.
Por lo tanto, no es que las mujeres, por su género,
sean más esto que aquello. Es lo que una mujer
individual tiene como puntos fuertes y débiles y,
cuanto antes aprendamos a enfocar y optimizar
los puntos fuertes de este soldado y apuntalar sus
puntos débiles, más pronto nos convertiremos
en una fuerza más inteligente, más optimizada
en su conjunto.
Nuestra meta debe ser una fuerza singular que
logra y aprovecha la unidad a través de la diferencia. A fin de lograr esta fuerza singular, debemos
decidir si el status quo y los cambios incrementales
ya no son permisibles y se debe implementar
esfuerzos que fomenten comportamientos y
83