Military Review Edición Hispano-americana Cuarto Trimestre 2016 | Page 66

ciudades eran incineradas a voluntad de sus enemigos. Casi al final de la guerra, estaban preparados (Foto: Biblioteca Nacional de la Dieta, Japón) para rendir sus Una multitud se congrega frente a la armas—para Puerta de la Cámara de Diputados, 5 de hacer cualfebrero de 1913. La Democracia Taisho existió de 1912 a 1926 durante el reinado quier cosa que del emperador Taisho en Japón. pusiera fin a su sufrimiento, sin embargo, continuaron a raíz de lealtad nacional arraigada en reverencia por su emperador5. En Irak, la situación fue más problemática. Estados Unidos derrotó a las fuerzas armadas de Saddam Hussein, pero muchas personas no consideraron esas fuerzas armadas representativas de sus intereses o de la identidad nacional. Como consecuencia, muchos iraquíes estaban suficientemente felices de encontrarse fuera del abrazo infernal de su dictador, impuesto por fuerzas militares opresivas, pero no tuvieron un sentido personal de derrota. Sin embargo, cualquier alivio inicial que sintieron al final del gobierno de Hussein, ejercido por el aparato de seguridad del Estado, muy pronto se desvaneció cuando fue evidente que las fuerzas de la ocupación no podían proporcionar seguridad o estabilidad civil. Por lo tanto, el conflicto no fue una guerra del pueblo como fue el caso en Japón. Los iraquíes estaban listos para comenzar de nuevo, tal como estuvieron los japoneses, pero el miedo que previamente sintieron de Hussein y sus secuaces muy pronto fue reemplazado por un sentido de inseguridad hobesiano debido a la carencia de seguridad, caos interno y administración civil inepta por la Autoridad Provisional de la Coalición (CPA). Mientras trabajaba en la Oficina de Política, Planificación y Análisis (OPPA) de la CPA, fui miembro de un pequeño estado mayor responsable del plan estratégico de la CPA. Durante el curso de este trabajo, tuve la oportunidad de recolectar observaciones en cuanto a algunas perspectivas iraquíes con respecto a nuestra ocupación. Por ejemplo, un iraquí con quien hablé en la OPPA dijo que —aunque no deseaba el regreso de Hussein ni una persona brutal y cruel como él— Irak no era seguro porque no necesitaba la democracia tanto como una mano dura, un líder fuerte para controlar la disidencia e imponer el orden y estabilidad social6. Ya sea si una persona está de acuerdo o no con esta evaluación, en ese entonces, Irak, sin lugar a dudas, careció de liderazgo, especialmente el liderazgo suficientemente reconocido, respetado y temido por todos los iraquíes para olvidarse de una rebelión contra el gobierno. El liderazgo. Por otra parte, debajo de los niveles más altos, el carácter de liderazgo difirió en todo nivel cuando se compara Irak con el Japón después de la guerra. Los japoneses habían sido adoctrinados a venerar a su emperador como un dios. Si bien sufriendo de hambre, desmoralizados y, en gran parte, resignados a la inevitabilidad de la derrota, los japoneses hubieran continuado la lucha si, en cambio, el emperador no les hubiera pedido «tolerar lo intolerable» y aceptar la ocupación. Por el contrario, no había un líder de igual magnitud o influencia (Foto: Ejército de EUA, Arthur Curlis) entre los iraquíes. La falta de tal fiExpertos en entrenamiento industrial observan mientras una máquina de bombillas deja gura unificadora sobre el Estado no caer bombillas a otros trabajadores que las separan según los defectos, 25 de enero de 1951, en la Empresa Eléctrica de Tokio Shibaura, en Tokio, Japón. fue el único problema de liderazgo 64 Cuarto Trimestre 2016  MILITARY REVIEW