Memorias en escarlata | Page 26

-A veces, hay que mirar más allá de lo que decimos para entenderlo. ¿Y por qué? ¿Por qué estoy destinado a vivir así? ¿Sin un brazo? ¿Por qué debería de quedarme quieto dejando que mi vida me lleve cuando yo podría cambiar mi destino? Volver a ser yo, ESA fue la pregunta que me tuve que haber hecho desde mi accidente, mi forma de superarlo fue corregir esa carencia de una extremidad como si de un fallo cotidiano se tratara.

“¿Me he roto un brazo en un accidente? ¡No pasa nada! ¡Se pone otro nuevo!” Esa sería la idea, y de esa idea nació mi necesidad de adquirir conocimientos sobre neurocirugía. Me licencié en la universidad de Cambridge, Inglaterra. A los 30 años acabé la carrera, mientras tanto iba patentando ideas, que me servirían en un futuro venidero, como la de mi brazo mecánico. A los 35 años creé una empresa privada destinada a la aplicación de la robótica a la neurocirugía la cual interesó mucho a médicos, pacientes, inversores y prensa. En poco menos de un año Langdon Technologies se convirtió en la primera empresa privada que apoyaba y financiaba estas prácticas, y hasta aquí hemos llegado.

Tengo 42 años, llevo una prótesis robótica en el brazo izquierdo, una en mi pierna derecha y unas lentillas que actúan como capas que me hacen ver en blanco y negro, ya que estoy medio ciego.

Qué puedo deciros, se agota mi tiempo aquí. Yo podría haber muerto por depresión, mi vida sería mucho más difícil de lo que es ahora, pero descubrí mi propósito en la vida: AYUDAR. Ayudarme a mí mismo y a las demás personas.

Yo me llamo Forbot 3.0, me crearon en el año 2035 en Chicago, Estados unidos.

En 2031 después del viaje de un ser humano a Marte todo el mundo estaba globalizado e informatizado. Empezó la segunda revolución informática.