Mediterranews (Español) JUNIO 2016 | Page 12

Área de Cataviña, desierto Cochimí, Baja California. Foto: José Delgadillo. Al respecto, Humphrey (1974) menciona que el factor crítico para las poblaciones cercanas a la costa del Pacífico, y que afectan su establecimiento, son los constantes vientos que provocan la desecación del suelo. Aunque los vientos contienen considerable humedad a manera de neblina o simplemente una alta humedad relativa, raramente se presentan por períodos mayores de 24 horas para mantener el suelo húmedo o prevenir la sequía. Consecuentemente, en las laderas orientadas y con protección de los vientos es donde se presentan con cierta abundancia individuos de cirios. La explotación de este importante recurso vegetal se ha limitado al uso de su madera delgada para construir pequeñas casas y para adornar paredes, con una alta demanda. Debido a que la ley permite la comercialización de árboles caídos secos, se induce la muerte de manera ilegal usando alambre de púas para estrangular y cortar al árbol desde casi la base. Esta especie, endémica para México, no se encuentra protegida dentro de las Normas Mexicanas (NOM-059-SEMARNAT-2010), lo que hace necesario realizar los estudios científicos suficientes que apoyen su inclusión. Sin embargo, sí está incluida en el Apéndice II de la Convención Internacional sobre el Comercio de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES; siglas en inglés), y de la cual México es signatario. En ese apéndice se incluyen especies que, si bien en la actualidad no se encuentran necesariamente en peligro de extinción, podrían llegar a esa situación a menos que el comercio de especímenes esté sujeto a una reglamentación estricta. El cirio fue considerado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como una especie prioritaria de c