[ LA COLUMNA FUCSIA ]
Esa cosa
llamada amor
Hace un par de días asistí a un encuentro sobre cuestiones políticas. Uno de los ponentes preguntó: “¿alguien está a favor de los
populismos?”. Silencio. A continuación señaló con buen criterio
—era filósofo— que “antes de saber si estamos a favor o en contra
convendría saber qué significa el término “populismo””.
Imaginé entonces la misma situación, pero referida al concepto
del «amor romántico». Sería más o menos así:
— ¿Cuántos de vosotros os habéis enamorado alguna vez?
Todas las manos levantadas.
— ¿Quién sabe qué es el amor?
Y ahí me he quedado enredada. Me aproximo al concepto por el
método de la negación: sé qué no es el amor. No es asfixia. Ni imposición. El amor no va de almas gemelas. Sé también —porque lo
he leído en el libro ‘Del amor y otros engaños’, de José A. Díez y
Andrea Iacona— que el discurso amoroso es tramposo: nos autoengañamos por desconocimiento.
Queremos creer que nos enamoramos, cuando en realidad no tenemos evidencias de que esté sucediendo. Y cuando las tenemos
de no estarlo, no queremos creerlo. Eso es el amor, un conjunto de
creencias. Ahí está el riesgo: una creencia puede ser verdadera o
falsa, puede ser o no justificada, mientras que el conocimiento implica la verdad, la justificación. Hay que atreverse a creer menos
y saber más.
La mayor evidencia que existe de estar enamorado es no poder racionalizar ese estado, justo lo contrario de lo que solemos hacer. Cuántas veces hemos dicho o escuchado eso de
le quiero porque es él o te quiero porque eres así, sin darnos cuenta de que esas justificaciones constituyen en realidad una falacia.
Voy a revisar mis creencias sobre esa cosa llamada amor,
a ver si así consigo salir de este embrollo. Mientras, me
quedo con la admiración, la confianza, el respeto y el deseo como cualidades necesarias para que exista. Sin olvidarme de la complicidad, tan importante como divertida.
Jane G. Goldberg califica el amor de cooperativo, y lo
define como aquel que implica a dos individuos independientes, completos y afines que eligen viajar la vida unidos y superar sus diferencias.
Hasta que no decidan lo contrario, añadiría yo. ■
Soy Mª Carmen y me gusta que
me llamen MC, como Emcee de
Cabaret, Mariah Carey o los raperos
americanos cuando firman sus
canciones, por poner algún ejemplo.
Reflexiono en forma de columna
fucsia (casi) todo lo que me pasa.
Lo vivo, lo siento, lo pienso... y a
veces lo escribo. Echo de menos.
Peliculeo de más. «Never explain,
never complain»
lacolumnafucsia.com
NOVIEMBRE 2016 •
mama
• 7