existe en el hospital. Y no siempre
sale todo bien, aunque sí la mayoría
de las veces”, reconoce Marcos.
objetivo es un parto y un nacimiento seguros y respetados, no un parto en casa”.
Esta realidad la puede corroborar
desde su propia experiencia la matrona Anabel Carabantes, matrona
de Ancara Perinatal. De los 700
partos que ha atendido hasta la fecha en domicilio (1986-2016) apenas un 14% (“principalmente en primíparas, por no avanzar o por no
descender el bebé”) han requerido
de un traslado al hospital y en únicamente tres casos se ha visto en la
tesitura de tener que recurrir a una
UVI móvil “por hemorragias” que se
resolvieron en el hospital. “Lo que
no debe ser un objetivo es parir en
casa a toda costa”, añade Quintana,
que argumenta que “nadie debe
sentir como un fracaso” el que por
falta de progreso del parto o por
cualquier complicación haya que
realizar un traslado al hospital: “El
ROMPIENDO MITOS
Todos estos datos entrarían en
conflicto con una idea generalizada
desde hace décadas, la que asegura
que las tasas de morbimortalidad
asociadas al parto se redujeron tras
la implantación de la atención hospitalaria al nacimiento: “En España la
disminución de la mortalidad perinatal s egún algunos estudios se produjo antes de la hospitalización de
los partos y parte del mérito se atribuyó a la educación sanitaria realizada por la Sección Femenina”, asegura Charo Quintana.
Inma Marcos, por su parte, explica
que la disminución vino dada por las
muchas mejoras experimentadas en
la calidad de vida de las mujeres, es-
pecialmente a nivel de higiene: “Al haber agua potable y agua caliente en
las casas aumentó la higiene y disminuyeron las infecciones puerperales.
La mejoría en la nutrición de la población también mejoró las condiciones
físicas de las mujeres embarazadas y
disminuyó la tasa de anemias. Y la
aparición de los antibióticos disminuyó la mortalidad en toda la población.
También la creación de programas de
seguimiento del embarazo. Antes las
mujeres veían por primera vez al médico o la comadrona el día que se ponían de parto, no había control en el
embarazo”, afirma.
A pesar de la evidencia, aún muchos sanitarios se muestran críticos
con el parto en casa. “Hasta ahora a
todos los ginecólogos a los que he
escuchado despotricar del parto en
casa comparan el parto en casa aquí
(que se atiende por comadronas
bien formadas, que llevan un equipo
Las guardianas del proceso de parto
Los partos en casa en España deben ser atendidos
por comadronas tituladas experimentadas que lleven
un equipo sanitario adecuado que les permita actuar si
surgen determinadas emergencias durante el proceso.
Además, de estas profesionales se espera que respeten
los deseos de la familia y que aboguen siempre por la
aplicación de las últimas evidencias científicas sobre el
proceso de parto y sus cuidados.
Las matronas Inma Marcos, en Barcelona con ‘Néixer
a casa’, y Anabel Carabantes, en Madrid con ‘Ancara
perinatal’, llevan años atendiendo partos en casa. La primera desde el año 2000, la segunda desde 1986, y podríamos decir que son ya una referencia en la atención
de este tipo de partos en nuestro país. A sus espaldas,
centenares de experiencias que avalan su trabajo.
Cuando les preguntamos cuál es el papel de la matrona en un parto, Inma destaca como fundamental estar
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mama
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al lado de la mujer y acompañar el proceso así como
dar apoyo. “Las matronas hacemos lo más importante
que tiene que hacer un profesional que acompaña un
parto: acompañar, estar al lado de la mujer, ofrecer
apoyo emocional, físico y dar seguridad y confianza, y
vigilar que no aparezcan signos de peligro ni para la
madre ni para el hijo. O sea sentarse cerca y esperar.
La obstetricia viene de la palabra latina Obstare que
significa “Estar en la espera”. Los médicos no están
formados para sentarse a esperar. Es decir están especializados en patología, no en normalidad. Las comadronas somos especialistas en normalidad reproductiva y partos normales”.
Según Anabel, una matrona en una casa debe realizar
la misma atención que en un hospital, “observar, escuchar, acompañar, ayudar y asistir el nacimiento”. Para
ella, cambia el espacio pero no la función.