Madresfera Magazine 07 - Noviembre 2016 | Page 31

[ HISTORIAS PERSONALES ] precisamente, me ha llevado a hacer todo lo contrario a lo que hicieron conmigo. Y pese a la sensación de soledad que eso ha desencadenado, lo prefiero. Lo necesito. Quizás por todo eso entiendo tanto a Mara, porque sé lo que piensa y lo que siente. Porque recuerdo perfectamente cómo me sentía yo y el daño que todo aquello hizo en la persona que soy hoy. Cosa que no quita que a mi también se me agoten esas reservas de empatía y de paciencia y acabe desesperándome. Y llorando. Y pidiendo perdón. Y sintiendo que, pese a todos los esfuerzos, lo hago fatal. ¡Ay! esa culpabilidad tan inseparable de la condición de madre... A: Y de padre. Que nosotros tampoco somos ajenos a ella. Pero es que al final es humano. Uno no puede estar siempre al 100%, ni pretender ser perfecto. A veces nos ponemos una exigencia demasiado alta. Es como cuando empiezas una relación y estás tan ilusionado que pretendes siempre ser perfecto para la otra persona, no tener defectos visibles. Eso es agotador. Fíjate, que cuando te conocí hasta te dije que no me gustaba el fútbol. Yo, que me sabía los nombres de todos los jugadores de Primera. Y hasta de los de Segunda si me fuerzas. Aunque por lo menos te reconocí que era forofo del Barça. Antes veía todos los partidos. Ahora si veo uno durante la temporada me doy con un canto en los dientes. Por un lado lo echo de menos, pero por otro me ha dado vida, que tanto sufrir no debía ser sano. Ahora me alegro de las victorias de otra forma.Y, sobre todo, no sufro las derrotas, que lo que no se ve, no se siente. Pero el fútbol siempre estará ahí. Tengo recuerdos muy bonitos. Sobre todo con mi padre. Un día leí que uno no se da cuenta de que está lejos de sus padres hasta que su equipo juega un partido importante y no puede vivirlo junto a ellos. A mí me pasó con la última Champions que ganó el Barça. Todas las anteriores las había visto con él, mano a mano en el sofá. Supongo que lo mío con el Barça es parecido a lo tuyo con Bunbury. Yo que lo detestaba hasta he empezado a aceptarlo. Lo que no consiga el amor... D: Bueno... Más bien fue un “no, a mi no me gusta el fútbol”. Con lo que yo lo odio. Como ves, yo también soy la imperfección hecha persona. Aunque no sé si acabaré “aceptando” lo del fútbol. ¡Quién sabe! Todo puede pasar. Mira si fue casualidad que nos conociéramos tú y yo y aquí estamos. A: Y lo que nos queda, ¿no? Que Mara me ha salido colchonera (podría haber sido peor) y tengo una tarea pendiente con Leo para llevarlo al redil blaugrana. No interfieras en esto, que yo dejaré que les pongas a Bunbury. En esto de las relaciones, más aún si cabe con la paternidad, hay que aprender a ceder. Y llegar a acuerdos. Los políticos deberían aprender de las familias. Seguro que nos iba mejor... Bueno, me voy a ir durmiendo a Mara, que se hace tarde y mañana a las 06:00 suena la campana y luego no hay quien nos levante. Y tenemos mucho curro por hacer. Siempre hay cosas por hacer. Que el ritmo no pare. D: En esta casa la “To do list” nunca termina. Que el ritmo no pare. NOVIEMBRE 2016 • mama • 31