Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 98

mano en su sedosa nuca. Prefería pensar en eso que en la pregunta que acababa de hacerle. Tenía que recordar que era a ella a quien quería dejar fuera de juego. Y no quería hacerse las preguntas que habían empezado a rondarle por la cabeza desde que la conoció. Preguntas sobre si la opinión de su padre acerca de llevar una existencia solitaria eran del todo correctas o adecuadas para él simplemente porque compartieran los mismos genes. Esas eran unas preguntas demasiado grandes para abordarlas en ese momento. —De acuerdo, Dylan. Cambio de tema para los dos. Después de nuestra última comida juntos me di cuenta de que nunca has mencionado a tu padre. ¿De verdad había cambiado de tema? Bueno, mejor hablar de su padre que del suyo. —Eso debe de ser porque no lo he visto desde los seis años. —Ah. —¿Qué quieres decir con ese «ah»? Se estaba empezando a cabrear. Seguro que no le gustaría nada lo que estaba a punto de decirle. Nada de nada. Él se encogió de hombros. —Quizás es por eso que evitas las relaciones. Ella giró la cabeza un momento y apretó la mandíbula con tanta fuerza que él se arrepintió inmediatamente de haberla presionado tanto. Alargó el brazo y le cogió la mano. —Lo siento, Dylan. Creo que me he excedido con la broma. Ella volvió a mirarle; esta vez su rostro volvía a ser sereno y suave. —Ya… no pasa nada. Sé que puedo ser muy terca a veces. —Sí, eso es verdad. —Hay ciertas cosas en mi vida, en mi pasado, que son demasiado personales. Son cosas de las que no quiero hablar con nadie. —¿Con nadie? —Con mi amiga Mischa, quizá sí. —Está muy bien tener a un buen amigo. Alguien en quien puedas confiar. Tal vez algún día te sientas cómoda conmigo y puedas contarme estas cosas. —Tal vez.