Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 90
—No, no he terminado.
—De acuerdo, pues entonces vuelve aquí esta noche.
—¿A tu casa?
Los nervios y la excitación la embargaron a partes iguales.
—Sí. Hoy a las ocho —dijo él en voz baja y con suavidad aunque el deje
autoritario quedó bastante claro—. Coge un taxi. Yo lo pago.
—No será necesario.
—Sí, lo es —insistió y ella supo por el tono que era mejor no seguir
discutiendo.
Le temblaba todo el cuerpo del deseo y solo por el tono de su voz. Un
control absoluto. Órdenes. No lo soportaba pero tampoco podía negarse.
—Bien. Allí estaré.
—Muy bien. Escucha, Dylan.
—¿Sí?
—Prepárate porque no volverás a irte hasta que yo te lleve a casa. ¿Me has
entendido?
Ella se quedó callada un momento y se pasó la mano por el pelo. Tenía
ganas de rebelarse pero le parecía una estupidez hacerlo en ese momento así que
se contuvo.
—Sí. Entendido.
—Y ven con hambre. Voy a darte de comer. Para hablar.
—¿Qué?
—Hablar es parte del proceso. Pensaba que eso ya había quedado claro.
—Sí, claro. Pero pensaba que como ya… habíamos empezado… —Dejó la
frase a medias porque no sabía cómo continuar.
—¿Pensabas que como ya habíamos empezado con los juegos no quedaba
nada más por descubrir el uno del otro? Acabamos de empezar el viaje, Dylan. Nos
vemos esta noche. No llegues tarde.
Alec colgó y ella cerró el móvil; temblaba toda entera de los nervios y del
deseo. Tenía un hambre irresistible y, a la vez, seguía un poquitín enfadada.
Se había metido en un buen lío con este hombre. Un lío del que ahora no
podía salir. Era como si se hubiera metido en una camisa de once varas, pero la