Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 87
Siete
ADylan le dio la impresión de que solo había dormido unos minutos
cuando sonó su teléfono móvil. Alargó el brazo a tientas, lo cogió de la mesita de
noche y lo abrió.
—¿Diga?
—Te has ido.
—¿Qué? Ah… Alec.
—¿Por qué?
Se apartó el pelo de la cara, tratando de reactivar su cerebro. ¿Por qué se
había ido? Recordaba la calidez de su gran cama, de su cuerpo a su lado, de la
comodidad de su presencia. Recordó asustarse al sentir lo mucho que le gustaba
estar ahí. Lo mucho que necesitaba estar ahí con él.
Se le aceleró el pulso y se le desbocó el corazón.
—Es que… tenía que irme.
Al otro extremo de la línea, él suspiró. O quizá fuera un resoplido de
irritación.
—Dylan, deberíamos hablar de esto.
—¿Porque es parte de tu trabajo como dominante?
—Es parte de mi trabajo. Eres mi responsabilidad después de una sesión de
juego. Necesito saber que estás bien antes de irme.
—Pero si la que se ha ido he sido yo.
—Sin consultármelo.
La rabia la consumía por dentro.
—Ya te lo dije: no soy una esclava.
—No, pero si existen reglas es por algo, independientemente del nivel que
tengan los juegos. Es para mantenerte a salvo.
—Estoy a salvo, gracias.
Él se quedó callado un momento. Luego añadió en un tono que dejaba claro
su enfado:
—Joder, Dylan. Reconozco que eres muy fuerte y muy capaz en tu vida
diaria. Pero estas gilipolleces no se aplican aquí. No cuando te entregues a mí. No