Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 49

—Ya, seguro que no. —Ni tú. —¿Qué quieres decir? —Tocó el dobladillo del jersey de angora de color crema. Él se encogió de hombros. —Eres escritora de novelas eróticas. Hay personas que seguramente tendrán ideas preconcebidas sobre en qué tipo de persona te convierte eso. —Posiblemente. ¿Y en qué tipo de persona me convierte eso? Él se inclinó hacia delante, mirándola a los ojos. Atravesándola con la mirada. Ella se movió, incómoda. Estaba deseosa de escuchar su respuesta. —Creo que en una mujer que es más abierta de mente en temas sexuales que una mujer normal. Tal vez te convierte en una mujer más abierta en general, aunque no creo que te lo apliques tú misma. —No entiendo qué quieres decir. —Quiero decir que creo que te juzgas más severamente de lo que tú juzgas a los demás. —Eso seguro. ¿Pero no le pasa a todo el mundo? —Sí. En eso tienes razón. —¿Incluso tú? Él sonrió; tenía los dientes blancos y resplandecientes y con esa perilla parecía pícaro, incluso al sonreír. Y como siempre, ella se quedó obnubilada. «Mierda.» —Incluso yo —dijo—. Mira, ya está el té. Para su sorpresa, una vez más, él cogió la tetera y sirvió el té, tras lo cual le dio a ella la tacita roja y blanca. Dylan la cogió y aprovechó para calentarse los dedos. —Gracias. —De nada. No conseguía descifrar a este hombre. Y él tenía razón: ella tenía ideas preconcebidas acerca de lo que era ser dominante sexual. Unas ideas que tendría que desechar y volver a empezar. Ojalá no tuviera que controlarlo todo él siempre. O ella…