Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | 页面 44

Cuatro Alec estaba sentado a la mesa de roble de su despacho, mirando la pantalla del ordenador. Llevaba desde primera hora de la mañana queriendo escribir algo, tratando de organizar el trabajo que tenía entre manos y darle algo de coherencia, pero se le iba la cabeza. Se inclinó hacia delante y trató de leer la página que acababa de escribir, pero se le juntaban las palabras. Apenas había dormido. Se había despertado a las cinco con los ojos somnolientos y enrojecidos. Hacía días que no dormía bien. Había intentado volver a dormir por la mañana, pero después de estar ahí tumbado en la cama, pensando en Dylan durante una hora, se había levantado, se había duchado y había vuelto a llegar al orgasmo bajo el chorro de agua caliente. Se notaba el pene erecto, duro. Esto era cada vez más ridículo. Desde que la había conocido se había masturbado cada día, varias veces al día. Y había empeorado desde que mantuvo la conversación telefónica de la noche anterior. Era demasiado excitante hablar con ella sobre sus deseos. Igual que lo fue oír la rabia en su voz e imaginarse cómo se las apañaría para aplacarla. Había tenido erecciones nocturnas constantes, como si estuviera en un anuncio de Viagra maquiavélico. Joder, esa mujer era como una especie de diablesa que también invadía sus sueños y demasiados despertares también. No veía el momento de ponerle las manos encima. De acabar con esas peleas y apagarle la rabia que llevaba dentro. Atarla. Azotarla. «Oh, sí.» El pene se le empinó de solo pensarlo. Tenía que controlarse. Tenía que controlarla a ella también. Gimió. «Necesito verla.» ¿Por qué luchaba contra esa sensación? Cuando quería algo, lo hacía y listos. ¿Por qué debería ser eso distinto? Quizá porque verla antes de la fecha convenida iba contra su protocolo