Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 223
—Alec, una parte de mí quiere desesperadamente que me digas que dejarás
todo eso, que te desharás de tu moto, que dejarás de hacer todos esos viajes tan
peligrosos. Pero sé que no es justo.
—No te puedo prometer eso. Te quiero, pero no puedo hacerlo. Te estaría
mintiendo. Estaría inquieto. Te guardaría rencor. Una de las cosas que me
encantan de ti es tu gran independencia. Sé que si voy a algún sitio sin ti, no te
quedarás sola en casa, pudriéndote, como algunas mujeres. No eres impotente sin
un hombre.
—No. Pero seguiría teniendo miedo.
—Y entiendo la razón. La entiendo. Y, nena, deseo que jamás tengas que
vivir semejante pérdida. Pero tengo que ser realista contigo. Tengo que ser real. —
Le volvió a dar un beso encima de la cabeza y la cogió con más fuerza—. Así pues,
¿qué demonios hacemos? ¿Sin que ninguno de los dos cambie su forma de ser?
—Alec, en este caso, yo soy quien debe aprender a adaptarse. No te puedo
hacer pagar la muerte de mi hermano. Yo ya la he pagado durante demasiado
tiempo. No te pienso hacer eso. Por eso he comprado el casco.
—No tienes que demostrarme nada.
Ella negó con la cabeza.
—Necesitaba hacerlo. Por mí, quizá, tanto como por ti.
—No por mí, Dylan. Te quiero tal y como eres. —Se detuvo, llevó la mano
de ella hasta sus labios, la besó, haciendo que el corazón le diera un vuelco—. Pero
necesito que te preguntes si realmente puedes estar conmigo. —Se apartó de ella, la
mantuvo a un brazo de distancia, la miró a los ojos—. Dime, Dylan. Dime la
verdad. No quiero que vivas atemorizada.
—Yo tampoco quiero. Pero eres el hombre que amo. Amo tu falta absoluta
de miedo. —Ella se detuvo para coger aire y él levantó el brazo para secarle las
lágrimas con el pulgar—. Es una gran parte de quien eres. Si voy a amarte, tengo
que aceptarlo todo. Amo quien eres. —Las lágrimas se agolparon en sus ojos una
vez más. Ella las secó con un gesto impaciente con la mano mojada—. Y Alec…
—¿Qué ocurre? —preguntó suavemente.
—¿Por qué diablos aún no me has besado?
Entonces Alec sonrió, la atrajo hacia él y plantó sus labios sobre los de ella.
Fue un beso apasionado, lleno de intensidad y emoción. Sus brazos nunca
habían parecido tan fuertes a su alrededor, tan sólidos. Notó su lengua dulce
cuando se escabulló entre sus labios, abriéndolos. Como siempre hacía. Y, como