Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 199

contestado que era genial, listo y divertido. Que a ella le gustaría y que él la adoraría. Y cuando ella le había preguntado por qué lo suponía, él había contestado: «¿Qué hombre no lo haría?». Se le hizo un nudo en el pecho. «¿Qué hombre no lo haría?» «¿Quizás Alec?» «No seas tonta. Eso no es lo que quieres.» ¿Qué quería? En realidad, ya no estaba segura. Suspiró mientras salía del coche y entró en el restaurante para dirigirse directamente a la barra. Pidió un vodka con tónica porque esa noche necesitaba la quemazón del licor para no pensar mientras esperaba que ellos llegaran. No llevaba más de veinte minutos en la barra cuando los dos hombres entraron, ambos vestidos con pantalones y camisas oscuras, Alec con esos hombros anchos y voluminosos y Dante, con esas piernas largas, el pelo oscuro, corto y de punta. Cuando se le acercaron, Dylan vio que Dante era casi tan atractivo como Alec, con una sonrisa blanca deslumbrante y los hoyuelos que se marcaban en ambas mejillas. Alec se inclinó y le dio un beso en la mejilla que la excitó. —Oye, había olvidado decirte lo guapa que estás —le susurró entre su pelo. —Siento que hayamos empezado tan mal —le dijo Dante, cogiéndole la mano—. Generalmente soy mucho más fino. —Le sonrió y ella no pudo evitar sentirse un poco hechizada por él. —No pasa nada, de verdad. —Nuestra mesa debería estar preparada enseguida. ¿Puedo pedirte otra copa? —Qué caballeroso, Dante —comentó Alec, con un punto de burla en su voz. —Como siempre, Alec. —Esta es mía, amigo mío. —Ah, no creas que no me doy perfecta cuenta. «¿Suya?» Miró a Alec, pero vio que sonreía a Dante, aparentemente sin darse cuenta