Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 193

—Esa no es la cuestión. —Pensaba que confiabas en mí. —Lo hago. Y haría prácticamente cualquier cosa, Alec, cualquier cosa en la cama, en el club. Me sometería a ti de prácticamente cualquier forma, pero no montaré en una moto. Ni contigo, ni con nadie. No es nada personal. —Solo he pensado que estaría bien que nos acompañaras. Para ver parte de mi vida. ¿Le había herido? Pero no pensaba hacerlo. —Lo siento. No puedo hacerlo. Alec se encogió de hombros. Pero ella seguía sin saber si estaba molesto con ella. —Está bien. —Le acarició el pelo—. En serio, Dylan. —De acuerdo. Él se inclinó, le dio un beso en la boca y ella se relajó con su contacto: la mano de él en su mejilla, los labios en los suyos. —Me tengo que ir. Pero reúnete con nosotros esta noche. ¿Wild Ginger a las ocho? —Sí. Claro. Él le sonrió. —No era una orden, Dylan. Ella se ruborizó pensando en Dante oyendo esa conversación, entonces se dio cuenta de que debía estar acostumbrado a ese tipo de charlas porque Alec había comentado que, como él, era un dominante. —De acuerdo. Aún puedo estar allí a las ocho. —Genial. Se abrochó la cremallera de los vaqueros y ella se percató de que ni siquiera se había desnudado, que la había asaltado en un sexo puramente bestial. Y ella seguía desnuda. Un deseo tembloroso le recorrió todo el cuerpo. —Lamento tener que apresurarme —le dijo él, cogiéndole la mano y acariciándole los nudillos con los labios. —No pasa nada. —De acuerdo. Que tengas un buen día. Nos vemos esta noche, nena.