Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 189

estaba encantado con él: camareros, dependientes de librerías. Y el encanto no era una simple fachada vacía, como ocurría con tantos hombres. Se daba cuenta de que no había pensado en otros hombres, de que no había mirado a otros hombres, desde que había conocido a Alec hacía tan solo cinco semanas. Parecía que le conociera desde hacía años. Desde siempre. «Siempre… Con él…» El pulso se le aceleró y sonrió. Entonces, fue presa del pánico y fue como si le dieran un puñetazo en el estómago. ¿En qué estaba pensando? No habría siempre. No con Alec. No con ningún hombre. No para ella. Su móvil vibró y lo cogió por encima de la mesa para ver quién le llamaba. Alec. «Simplemente, respira.» El pánico remitió y su pulso latió con el calor habitual, fijándose solamente en su nombre en la pantallita. Lo descolgó. —Hola. —Hola, Dylan. Su voz le hizo sonreír, ese tono suave, ronco y cariñoso. El pánico remitió un poquito más. —Alec. ¿Ya habéis terminado la excursión? —Aún no hemos salido. Dante ha tenido una urgencia en su despacho, así que tengo un poco de tiempo. De hecho, estoy abajo. —¿Qué? —¿Piensas dejarme entrar? Ella se rio. —¿Pensabas que no lo haría? —Buena chica. Dylan se estremeció cuando fue a apretar el timbre de la puerta, con el corazón martilleándole el pecho, el sexo calentándose al saber que él llegaba. Ella abrió la puerta principal y esperó el ascensor. Llegó, las puertas se abrieron y allí estaba Alec. Estaba impresionante, un auténtico chico malo con los