Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 181

Sonó el interfono. Dylan se levantó y fue a responder. —Espera un momento, Mischa. ¿Quién es? —Dylan. —La voz de Alec era profunda y suave por el deseo. —Alec, si me acabas de dejar hace diez minutos. —He cambiado de parecer. Aún no estoy dispuesto a dejarte marchar. —Oh…. —Déjame subir. —Sí… Sube. Pasaron unos cuantos segundos antes de que Dylan se percatara de que todavía sostenía el móvil. —¿Mischa? Lo siento, pero Alec… está aquí. —Eso he oído. Ningún problema. Pero llámame pronto. —Lo haré. Mientras colgaban, Dylan oyó el chirrido y la sacudida del montacargas industrial del edificio y, al cabo de unos segundos, Alec llamaba a su puerta. Ella la abrió. Percibió el olor de su chaqueta negra de cuero y de su piel caliente antes de notar nada más. Entonces, levantó la cabeza y vio su sonrisa torva. Ella le devolvió la sonrisa. No lo pudo evitar. Era tan increíblemente guapo, con ese aire tan oscuro, con esa cara de malo, con la chaqueta de cuero y su perilla oscura y esa mirada en los ojos… como si quisiera comérsela. Dylan se soltó, terriblemente excitada mientras cruzaba la puerta y se lanzaba a sus brazos. Él se agachó para besarla, con la boca hambrienta, dulce. Exigente. Alec la besó hasta que ella tembló, con su sexo caliente y necesitado. Completamente mojada. Él se apartó, se quitó la chaqueta y la dejó caer al suelo. —Te necesito, Dylan. Ni siquiera he podido llegar a casa. He tenido que dar media vuelta y volver. Ella asintió y el deseo le hizo un nudo en la garganta. —Necesito estar dentro de ti, ahora. En este preciso instante. —Sí…