Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 175

consensuado. —No quería decir eso. Alec se sentó. Ella notó el cambio de peso en la cama. Pero no le podía mirar. Si le miraba, tenía miedo de que se sintiera perdida. —Dylan, dime qué coño estamos haciendo. Te opones a esto y a lo otro. —Jamás te prometí que lo podría hacer, Alec. Que realmente podría ser tu sumisa. —Y, a pesar de ello, siempre lo haces. Ella se quedó muda un instante. Estaba anonadada. —Y —continuó—, solo te asustas al día siguiente, cuando puedes pensar en ello. Deja de pensar tanto, Dylan. —No puedo. —Entonces, se volvió hacia él, con la rabia creciendo dentro de ella—. Ese es el problema. No puedo parar de pensar. Yo funciono así. Así es como he vivido siempre. —Quizás haya llegado el momento de aprender otra forma. —Lo dudo. Él se inclinó hacia ella, amenazándola un poco con ese cuerpo voluminoso. —No te ha llevado muy lejos, ¿verdad? Tienes una carrera y has conseguido cuidar de tu familia, pero ¿qué te queda, Dylan? —¡Mira quién habla! Como si tuvieras más relaciones personales que yo. —En mi caso, es diferente. —¿Me tomas el pelo? ¿Eso es lo que te dices? Es una excusa burda, Alec. Al menos, yo puedo ser sincera conmigo misma. Tengo una vida vacía porque así lo escogí. Porque no estoy dispuesta a sufrir las secuelas emocionales de una relación. ¿Eso es lo que quieres que diga? De acuerdo, ya lo he dicho. Pero tú no eres diferente de mí. Eso son tonterías. Tú eres quien intenta que me quede. Y puede que suene pedante por mi parte, pero no creo que eso sea lo propio de un dominante responsable. Él se quedo mirándola. Mirando a través de ella. Tenía encendidos esos ojos azules y brillantes. Y, mientras la miraba, la rabia desapareció y la mandíbula y los hombros se le relajaron. —Tienes razón —dijo. Ella estaba preparada para continuar discutiendo. Pero ese comentario le