Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 174

Suspiró, se mesó el pelo, con los dedos enredados en aquellos rizos largos. Quizá debería irse antes de que se le ocurrieran más ideas ridículas. Ideas como continuar viéndole una vez ya supiese lo bastante para escribir su libro. Ya había descubierto muchas cosas. Si era completamente sincera con ella misma, ahora quedaba con él, sometiéndose a él, simplemente porque le apetecía. «Joder.» Dylan apartó las mantas y dejó caer las piernas por un lado de la gran cama. —Oh, no, ni se te ocurra —protestó Alec, con la voz ronca por el sueño. —Alec… —¿Adónde crees que vas? Le rodeó la cintura con un brazo y la atrajo por encima de las sábanas arrugadas, hasta que su piel desnuda se apretujó contra la piel desnuda de él. Podía notar el calor de su cuerpo contra su espalda, sus nalgas. Esa piel sedosa. —Alec, tengo que levantarme. Tengo que irme. Por favor. —Esta vez no. No va a suceder, Dylan, así que, será mejor que te acostumbres. Te irás cuando yo diga que puedes hacerlo. —Maldito seas, Alec. ¿Cuántas veces te tengo que recordar que no soy una de tus sumisas? —No digo que lo seas. Pero puedes quejarte tanto como quieras que no te vas a ir hasta que sea seguro. —Te lo garantizo, es perfectamente seguro. Ni siquiera tengo el coche. Tendría que pedir un taxi, así que no hay peligro de que conduzca. Quiero irme. —No. Oh, ahora ella estaba furiosa. —No vayas de machito conmigo, Alec. —¿Crees que es eso? ¿Que voy de machito? —Me estás dominando físicamente. —Ayer por la noche no te molestaba. —Tenía los ojos encendidos, sombríos. Estaba enfadado. —Eso era ayer por la noche. Él la soltó, tan deprisa que se habría caído si no hubiera estado ya tumbada. —Perfecto —dijo él, apretando los dientes—. No hago nada que no se haya