Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 128

Se estremeció con el clímax y tensó los muslos. Él siguió tocándola, con el pene erecto y duro entre las piernas. —Vale —murmuró ella, con los ojos cerrados—. Ya vale. —Otra vez. —Dame… dame un minuto. —No. Él siguió concentrado en ella, presionando con las manos. Dylan ardía y estaba completamente empapada. Él siguió bombeando con los dedos, buscando su punto G. Flexionó los dedos hasta que notó ese botón esponjoso y carnoso y la oyó gemir. Entonces, al mismo tiempo, le presionó el clítoris con el pulgar. —Alec… voy… voy a correrme otra vez. —Sí. Hazlo, Dylan. Ella empezó a estremecerse, por dentro y por fuera; sus senos habían adquirido un bonito tono rosado. Tenía los ojos cerrados y se mordía el labio inferior mientas alcanzaba el orgasmo una vez más, tensando los brazos que él seguía apresando. —¡Ah! Se notaba el pene rígido y dolorido de las ganas, pero ahora no podía parar. —Otra vez, Dylan. —Dios, Alec —dijo ella entre jadeos, abriendo los ojos. Se encendieron dos cristales oscuros en su hermoso rostro; resplandecían a la luz de la lámpara y de la luna, medio oculta entre las nubes, que se filtraba por la ventana. —Quiero que esta vez me mires a los ojos —le pidió. Ella se limitó a ase