Literatura BDSM El Límite del Placer ( Eve Berlín ) | Page 104
«Sí.»
—Lo noto, ¿sabes? —le murmuró él al oído—. Noto cómo te entregas a mí.
Es como si tu cuerpo fuera más ligero, ¿verdad? Tu mente está callada. Así es
exactamente como quiero que estés, en este espacio. Y esta vez te has entregado tan
fácilmente… Hoy va a ser una buena noche.
Se quedó ahí de pie a su lado, acariciándole el pelo con una mano mientras
con la otra le apretaba la nuca hasta que empezó a ser incómodo. Pero ella se sumía
cada vez más en ese lugar donde todo estaba en silencio y en una tranquilidad
extraña junto con un deseo exquisito. No dejaba de estremecerse.
—Por favor, Alec —susurró.
—Por favor, ¿qué?
—Por favor, tócame.
Él soltó una carcajada.
—Claro que lo haré.
Él hundió la mano en su cabello, lo enrolló alrededor del puño y le tiró la
cabeza hacia atrás. Ella no intentó zafarse, aunque le dolía un poco. Era suficiente
para demostrarle que estaba en sus manos, si bien parte de ella se estaba
alarmando un poco.
Una vocecita al fondo de su cabeza le decía que lo dejara y echara a correr
pero el placer y las ganas de complacerle podían más.
«Es hora de ceder el control.»
Él se inclinó para besarle el cuello y ella echó la cabeza hacia atrás, hacia sus
manos. Dylan se notaba el sexo húmedo y caliente. Como si él supiera exactamente
lo que necesitaba, deslizó la mano entre sus muslos.
—Ábrete para mí.
Ella separó las piernas y sus dedos se introdujeron entre los húmedos
pliegues.
—Oh…
—Estás lista, guapa.
Él extrajo la mano y la embargó la decepción. Sin embargo, no dijo nada y se
dejó llevar hasta los pies de la cama. Él la acercó al borde y ella se sentó. A la
espera, observando cómo él se quitaba la camiseta por la cabeza. Se le contrajo el
sexo al ver los músculos de su estómago, su torso, sus brazos. Sus pezones eran
oscuros en comparación con el resto. Quería tocarlos y poner