Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 70

y una ensalada de calamares. Todas las cosas que le gustaban a ella. Ambos se pusieron raciones en los platos, junto con finas rodajas de intenso jengibre. Dante mezcló un bol de salsa de soja y wasabi y se lo acercó a su plato. No pensó en cuestionarlo. Se estaba acostumbrando a que él tomara el control de las cosas. Daba un poco de miedo. Pero le gustaba. «No pienses en ello. Solo disfrútalo. Disfruta de él.» —Así pues, ¿qué más? —preguntó él entre mordisco y mordisco. —¿Qué quieres decir? —Mordió un trozo de sashimi—. Vaya, qué bueno está esto. —Quiero decir que qué te gusta, además del sexo pervertido, claro. —Sonrió, mostrando los hoyuelos y esos ojos de color castaño dorado centellearon. —Muchas cosas. —¿El arte? —Sí, siempre —contestó ella—. Pero eso ya lo sabías. ¿Y qué me dices de ti? Por lo que vi en tu piso, deduzco que tienes buen gusto. A menos que cuentes con un decorador. —No; bien o mal, todo lo he hecho yo. Me gusta un poco de todo. Me gusta mezclarlo. Pero no sé si funciona para los demás. Me gusta. —Se detuvo para tomar otro bocado de sushi—. Úl timamente, me he interesado por la escultura moderna. Piezas abstractas. En realidad, no la entiendo. Solo sé lo que me gusta. —A mi modo de ver, uno no debe entender el arte. Debería ser más… experimental que todo eso. Como has dicho, solo tienes que saber qué te gusta. Pienso que las películas funcionan igual. —Estoy de acuerdo. Hay algo para cada uno y no le corresponde a nadie más juzgarlo. Me gusta ver películas. Siempre me ha gustado. Me encantan los viejos clásicos del cine negro, las películas de los años cuarenta y cincuenta. —¿De verdad? Son algunas de mis preferidas. —¿Por ]p