Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 38
Al final, Dante le rozó los pezones con las puntas de los dedos y ella dio un grito
ahogado.
—¿Te gusta? —le preguntó.
—Oh, sí.
—No quiero que te preocupes. No te apures si no puedes llegar al orgasmo. Solo
quiero que disfrutes. Que te centres únicamente en el placer. Ya veremos qué ocurre.
Solo deja que pase.
Sus ojos dorados se posaron en sus pechos y se relamió. Kara quiso lamerle los
labios también pero no se atrevía a moverse. El placer era como una llama que ardía
aletargada aunque cada vez más intensa; not