Literatura BDSM El Límite del Deseo (Eve Berlín) | Page 161

paraba de moverse, por la habitación, donde se desvistió y, una vez desnuda, se metió en la cama. Su cama era su refugio, aunque ahora nada le parecía seguro. Nada le parecía lo bastante familiar. No tanto como la cama de Dante y su cuerpo. No obstante, él no la amaría. Así pues, ¿cuán segura estaría ella sin él? Debería olvidarse de todo ese rollo del amor y superarlo. La situación era imposible. Estiró el brazo para coger un pañuelo de papel de la caja que tenía encima de la mesita, se sonó la nariz y se secó los ojos. Pero no sirvió de nada; las lágrimas seguían cayendo y resbalándole por las mejillas. Al poco empezó a gimotear, con unos sollozos largos y aspirados y un plañido terrible que le salía de lo más profundo del pecho, de su cuerpo. Se abrazó con fuerz