Literatura BDSM El Límite de La Tentación ( Eve Berlin ) | Page 50

Cinco M —¿ ischa? —Mmm…. ¿qué? Levantó la cabeza para encontrar los ojos grises de Dylan mirándola desde detrás del puñado de rosas blancas que sostenía. —¿Me vas a contar qué ocurrió ayer por la noche? Mischa se encogió de hombros. —Vino Connor… —¿Y? —Y fue… alucinante. Dylan volvió a meter las rosas en el alto jarrón metálico sobre el suelo de hormigón de Rose and Thorn, la floristería en la que se habían citado para hablar de las flores de la boda. Se puso las manos en las caderas con un gesto firme. —¿Por qué, de repente, te muestras tan imprecisa conmigo? Siempre has compartido tus romances. Mischa se detuvo. —Sí, pero jamás habían sido con un amigo tuyo. Dylan dejó caer los brazos a los lados. —Supongo que eso tiene sentido. ¿Estás segura de que no se trata de nada más? Pareces un poco aturdida. —Pues… ¿Cuánto quería compartir con Dylan? Era su mejor amiga pero, fuera lo que fuera lo que estaba ocurriendo con Connor —y estaba claro que en su cabecita había algunos pensamientos muy raros—, le parecía algo íntimo. Aún no había tenido la oportunidad de descubrirlo. Casi había supuesto un alivio que se hubieran despertado tarde, porque eso le había dado el tiempo justo para meterse en la ducha, arreglarse y quedar con Dylan. No había habido tiempo para el sexo ni para largas despedidas. Solo una pequeña charla con él para decirle que se encontraba bien. Pero ¿era cierto? —¿Misch? —Lamento la interrupción, señoras. Y ahora, ¿qué les parecen unos lirios de agua? —les preguntó Andre Rose, el menudo y enjuto florista con la cabeza afeitada y unas gafas de montura oscura, cuando volvió de la llamada que había interrumpido su consulta con una única flor en la mano—. Creo que la variedad pequeña les iría muy bien. Sencilla y elegante. —¿Mischa? —preguntó Dylan—. Dime qué opinas. Eres mi experta en flores. —Me gustan. —Estiró el brazo y acarició con un dedo la flor cremosa y lisa que el florista les ofrecía—. Son elegantes, estoy de acuerdo. Me gusta la variedad green goddess más pequeña. ¿Quizá mezclada con lirios blancos y con algunas diminutas orquídeas blancas dendrobium? Andre aplaudió. —Quedarán perfectas con el pelo rojo de la novia. Podemos añadir algunas flores verdes y delicadas; nada demasiado ostentoso ni esponjoso. Creo que deberíamos mantener todos los arreglos florales muy simples y del tamaño más pequeño. No queremos robarle protagonismo al escenario del Museo de Arte Asiático. Y ahora ¿qué me dicen de los ramos?