Literatura BDSM El Límite de La Tentación ( Eve Berlin ) | Page 164

Mischa se sorbió la nariz. —De acuerdo, gracias. Y gracias por entenderlo. —No eres de aquellas a las que les gusta hablar. Te conozco. Me muero de ganas de verte, cielo. Se aseguraría de que la boda de Dylan fuera perfecta. Nada de su dolor terrible por un hombre — ¡un hombre!— iba a estropear aquello. Al fin y al cabo, no se había muerto nadie. Así pues, ¿por qué se comportaba como si así fuera? Apartó las mantas y salió de la cama, deteniéndose para que la cabeza le dejara de rodar. Si tenía que rehacerse lo primero que debía hacer era comer algo antes de desmayarse. Sí, era hora de continuar con su vida. El dolor sería como un enorme peso en el pecho, pero podía hacerlo. Con o sin hombre. Con o sin amor. Sin amor. Sin Connor. «Mierda.»