Juan Abreu
Diosa
cuando llegan frente a mí. Yo las estrecho, las sopeso, evalúo sus
posibilidades, a manera de saludo: ¡Hola! ¿Cómo está? El placer es
mío...
Otorgo a la imaginación un papel muy importante, sexualmente
hablando. El noventa por ciento de la vida sexual transcurre en el
cerebro, tal y como lo veo.
Maestro, he perdido peso en las últimas semanas, me arreglé el
pelo (cortando las puntas, lo mínimo). He regresado al gimnasio.
Quiero músculos. Estoy muy atractiva; lo dicen todos y mi rostro
rezuma soberanía y ganas de vivir.
Sí, llevé las marcas con mucho orgullo. Duraron varios días;
Amo soltó el brazo con ganas. Los verdugones en mis nalgas y muslos
eran condecoraciones. Miré con lástima a mis compañeras de trabajo.
No tienen ni idea de lo que unos buenos azotes en el culo podrían
hacer por ellas.
Me sentí superior.
Maestro, mi coño se siente muy depravado.
Sumisa Laura
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