Juan Abreu
Diosa
De: [email protected]
Para: [email protected]
Enviado: Lunes, diciembre 9, 2002, 23:58
Sumisa Laura, el dolor y el sufrimiento nunca son finalidad,
salvo para algunos pervertidos disfrazados de religiosos. Gente
enferma. Gente retorcida y turbia. La finalidad es el Conocimiento y la
Sabiduría: la humillación, el dolor y el placer son maneras de llegar a
ese Conocimiento y a esa Sabiduría. La humillación y el dolor son
vehículos para el viaje. Nos ayudan a descubrir un universo nuevo
que trasciende nuestra torpe percepción de la realidad y del goce
físico. Un universo de libertad.
Durante la sesión, la Sumisa se precipita en un abismo que es
también cielo.
Tú lo comprendes y lo sientes (que es más importante) de
manera natural.
Coincido contigo, Amo resulta una gran ayuda en la búsqueda
de tu Sumisa.
Mi especialidad es el bondage, como sabes, pero aseguraría sin
temor a equivocarme que la sesión a la que Amo te sometió es de
gran calidad. Apasionada al tiempo que elegante.
El final lo considero apropiado. Una pincelada de depravación
no desprovista de lirismo, de infantil candor. Toda depravación es
infantil.
A cierto nivel, los orgasmos devienen expresiones sagradas.
Criaturas que acceden a praderas intemporales.
¿Por qué prescindir de ellos? Todo lo contrario, hay que
cultivarlos.
¿Cuánto tiempo duraron las marcas?
¿Las llevaste con orgullo?
En la calle, en el trabajo, ¿te sentiste superior a las otras
mujeres al notar el ardor del castigo en tus nalgas?
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