Juan Abreu
Diosa
De: [email protected]
Para: [email protected]
Enviado: Miércoles, noviembre 13, 2002, 23:03
Laura, los insectos son fascinantes... y muy nutritivos. Son los
dueños de la Tierra: de cada diez animales, ocho son insectos. Viven
en el planeta desde mucho antes que nosotros; hace más de
trescientos cincuenta millones de años. Tienen una capacidad
reproductiva enorme: si los descendientes de una sola pareja de
moscas sobreviviera un año, se podría formar con ellos una fila que
cubriera la distancia entre la Tierra y el Sol. Hay miles de insectos
comestibles. Bueno, lo cierto es que casi cualquier tipo de insecto es
comestible. Incluyendo las cucarachas, pero son poco nutritivas. Los
grillos saben a pollo. Las hormigas tienen un sabor avinagrado,
debido al ácido fórmico; esto se reduce al hervirlas. ¿Sabes que en
Ometepec, en el estado mexicano de Guerrero, durante el mes de
julio, el tendido eléctrico se llena de hormigas voladoras? Mueren
muy rápido. La gente las recoge y las come, asadas, con limón.
Yo mismo, Laura, semejo un gigantesco escarabajo.
¿Te apetece una tarántula en salsa? En Camboya también se
comen fritas y se las considera un tónico para la virilidad. Una forma
recomendable de comenzar a consumir insectos es preparar harina
con ellos y usarla como se utilizaría la harina de maíz o trigo. Se
puede hacer harina de grillos, de mariposas, de hormigas, de casi
cualquier insecto.
En Japón hemos degustado insectos como parte de nuestra
dieta desde tiempos remotos. Si vas a un restaurante en Tokio,
podrás comer larvas de avispas hervidas (hachi-no-ko), grillos de
campo de arroz fritos (inago), cigarras (semi), o gusanos de seda
fritos (sangi), entre otras delicias.
Me refería a nuestro rol. El mío como Maestro y el tuyo como
Sumisa.
El de la especie está a la vista y no merece comentarios.
Es bueno hacerse preguntas.
Mi rol es enseñarte a amar el poder de lo Apacible.
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