Juan Abreu
Diosa
De: [email protected]
Para: [email protected]
Enviado: Miércoles, noviembre 6, 2002, 22:05
Maestro, gracias por responder a mi solicitud.
Sí, curioso. ¿Qué es un hiratakuwagata? Supongo que un
insecto, por las tenazas. La verdad es que esperaba otro tipo de
mensaje (perdone, tengo ideas preconcebidas acerca de los Maestros
y los Amos). Pero el suyo me llena de curiosidad. Y, por qué no
decirlo, de ansiedad. Siempre he fantaseado con un Maestro japonés.
Trato de ser lo más sincera posible. Espero que esto no le desagrade
o le parezca irrespetuoso.
De un tiempo a esta parte, intuyo que como consecuencia de
mis prácticas sumisas (no encuentro una mejor manera de
catalogarlas) con mi marido, mis fantasías sexuales están pobladas
de escenas de sometimiento. En ellas, los Amos y Maestros son
japoneses. Supongo que tendrá que ver con que mi Amo (marido)
adora todo lo relacionado con el bondage japonés y he visto en su
compañía muchas ilustraciones, en libros dedicados al tema, y algún
vídeo en Internet.
Que usted sea un anciano no disminuye mi interés. Lo aumenta.
Es todo lo que me atrevo a decir por el momento.
Responderé a continuación a las preguntas que me hace:
Sí. Confieso que en alguna de mis fantasías me veo expuesta en
público.
Sí. Mis juegos (lo vemos así) de sumisión con Amo me hacen
llegar a la conclusión de que deseo ser humillada. Que eso tiene para
mí un poderoso componente sexual.
Sí. Tengo el pelo largo, fuerte, negro y abundante. Hasta mitad
de la espalda, para ser más precisa.
Amo se alegró por mí cuando le mostré su mensaje, Maestro
Yuko.
Dice que usted posiblemente sea el mejor Maestro que pueda
encontrar aquí en Barcelona.
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