Literatura BDSM Diosa ( Juan Abreu ) | Page 12

Juan Abreu Diosa humilladas. Habrá momentos en que las dudas nos asaltarán como fieras rabiosas, en que estaremos a punto de rompernos y mandarlo todo a la mierda y regresar a toda prisa a la seguridad de lo conocido. Sin embargo, les recomiendo perseverar, como hice yo. La recompensa merece la pena. Algunos pasajes de esta historia parecerán brutales. Lo son. Los rituales del sexo suelen serlo. El sexo es un territorio regido por la violencia y el abandono de las reglas. Pero en esa violencia suele habitar una indescifrable ternura. Muchos pensarán en términos de perversidad y depravación; yo respondo que donde hay amor, aprendizaje, superación y autenticidad, no hay suciedad ni pecado. No tengo nada de que avergonzarme. A los que vean en lo que describo un mero ejercicio de exhibicionismo, les recomiendo aproximarse a este relato como a una curiosa pieza antropológica. El lenguaje en que han sido escritos los mensajes es crudo y, en ocasiones, vulgar. Pero honesto. También están llenos de pasión, sinceridad y (los de mi Maestro) de poesía. Era evidente que las palabras desempeñaban un papel importante en sus planes. Maestro me ha enseñado que las imágenes y descripciones que emanan de una situación pueden ser más reales que la situación misma. Cuando tuve que hablar de cosas muy personales, traté de utilizar el lenguaje de los amantes en la extrema intimidad. Y, sobre todo, intenté decir lo que sentía, lo que imaginaba, lo que deseaba, de la manera más clara y directa posible. Cierto vocabulario, que se me resistía, que tuve que obligarme a emplear, era parte fundamental del entrenamiento. Resultaba esencial para situarme en la esfera de mi interlocutor. Al escribir, tenía la sensación de convertirme en otra persona. Durante semanas, fue imposible para mí conciliar a la mujer que se esforzaba en redactar aquellos desinhibidos mensajes y obedecía las órdenes de un desconocido, con la ejecutiva enfundada en un elegante traje de Armani que negociaba contratos con un proveedor o tomaba decisiones que afectarían al futuro de su empresa. Concilié ambos seres gracias a la sabiduría de mi Maestro. El mensaje con el que comenzó todo fue el más difícil. La correspondencia constituyó un proceso arduo. La palabra puta representó un obstáculo casi insalvable. Por supuesto, como a la mayoría de las mujeres, haciendo el amor me han llamado puta en diversas ocasiones. Pero es muy diferente ese juego fugaz y esporádico que el uso que terminé Página 12