EL SILENCIO EN EL RUIDO NOVIEMBRE 2013 (REVISTA 1) | Page 10

CAUTIVOS DE LAS CADENAS

El dolor infinito y rebelde

dejó al hombre exhausto y cansado.

Sus ojos negros y profundos

se perdían en oscuridad fría y solitaria

de las cadenas que le unían a su vida,

a su muerte,

triste e impenetrable.

Su cansancio agotador fue invisible

como las lágrimas que recorrían su cara

en un callejón sin salida.

Siempre el dolor es infinito y rebelde.

Siempre.