Ahora bien, después de estas sencillas
operaciones, debemos tener en cuenta
también el mantenimiento del propio
instrumento. Este aspecto es igual de
importante que todo lo que hemos
explicado antes. Con esto nos referimos
a:
-Nutrir el diapasón como mínimo una
vez al mes con aceites adecuados. Aquí
podremos comprobar si las puntas de los
trastes han salido o no con el tiempo.
-Repaso de todos los tornillos una vez
cada seis meses mínimo o cuando sea
necesario.
-Si el instrumento lleva acabado al aceite
debemos limpiarlo y darle de nuevo
acabado mínimo cada seis meses para
nutrir la madera de fuera hacia adentro.
Si el acabado el barnizado a poro
abierto o high gloss, limpiarlo cada vez
que acabemos de tocar con productos
específicos para esos acabado y siempre
recomendados por el fabricante.
-Lubricación de la tornillería de puente
y clavijeros una vez cada seis meses ya
que con el frio y la humedad podrían
quedar bloqueados y oxidarse. Aquí
debemos incluir la cabeza del alma para
evitar que quede soldada a la varilla de
la misma.
-Limpieza de la electrónica con spray
tipo CRC para mejorar la vida útil
del potenciómetro ya que la humedad
puede estropear las pistas internas de los
mismos.
-Repaso de soldaduras que hayan
quedado “frías” ya que la corrosión
podría hacer que el contacto no fuera el
adecuado.
-Limpieza y pulido de trastes como
mínimo una vez al año para evitar la
corrosión de los mismos.
Aunque la lista es larga, hemos
destacado quizás los más esenciales
y que podéis hacer en casa de forma
rutinaria y con el tiempo veréis que dan
resultado. Sobre todo en los referente a
la nutrición de la madera, la principal
víctima de estas temperaturas. No
descuidéis nunca el mantenimiento de
vuestro instrumento, por pequeño que
sea, ya que de esto dependerá su vida
útil y buen funcionamiento. De la misma
manera que nosotros nos cuidamos más
en otoño e invierno para no enfermar, lo
mismo debemos procurar para nuestro
instrumento. Así que ya sabéis, que el
invierno no os coja desprevenidos.
Xavier Lorita