no es ninguna novedad que mis palabras
valgan lo mismo que cinco céntimos
para los niños pobres en las latas del supermercado
llegué muy ebria a casa, y tú estabas tan molesta conmigo
que decías cosas como:
“cuando eras mucho más pequeña prometiste que no ibas a tomar de grande
porque el alcohol
es malo
es horrible,
debí grabarte,
ahora mírate
no tienes vergüenza”
qué peligroso es prometer
qué triste es no tener cámaras como testigo
te digo la verdad:
me hubiera gustado mucho que me grabaran
apagaría la televisión, te prometo que sí,
pondría los videos
con todas las cosas que nunca pude cumplir
y mis nietos pensarán
-esa historia ya me la sé, vieja loca
al final todos muerenvoy a ser la mala de la película
y no me arrepiento:
le dije a mi madre
que nunca
en toda mi vida
prendería un cigarro
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