Military Review Edición Hispano-americana Marzo-Abril 2014 | Page 66

Las soluciones prácticas no son el tema de este artículo, pero para ser útil debe compartir una cosa: el beneficio de la experiencia debe ser el factor en el desarrollo de un joven oficial antes de su nombramiento como líder directo de tropas. Algunas prácticas e ideas conocidas incluyen el servicio obligatorio alistado antes de ingresar a un programa de asignación (dos años parece ser la norma común, como la usada por los israelíes, entre otros). Otro es un periodo de “aprendizaje” seguido de la graduación de una escuela de liderazgo y antes del nombramiento e implementación (las fuerzas armadas alemanas desarrollan a sus oficiales de manera similar). Aún otra solución es crear una estructura de grado vertical en la que todos los soldados entran ganando el salario más bajo y de ahí van progresando en el salario (cuán rápida o lentamente sea) con base en el talento individual, el deseo, motivación y sugerencias por parte de los supervisores. La experiencia en la siguiente posición más baja antes de la progresión ascendente estaría garantizada. Por supuesto, ciertos salarios de grados tendrían que ser consolidados o ignorados para garantizar que los líderes en el nivel de compañía sean lo suficientemente jóvenes para liderar con el ejemplo bajo condiciones físicamente adversas. Si se echa a un lado esta discusión, algunos, tal vez, muchos contemporáneos insistirían en que el modelo de desarrollo de oficial del Ejército funciona bien. Destacarían la envidiable cantidad de jóvenes hombres y mujeres universitarios motivados y técnicamente capacitados que cada año se ofrecen de voluntarios para convertirse en oficiales de primer nivel del Ejército y comenzar su entrenamiento en el trabajo en calidad de líderes. Un oficial no contemporáneo, como un oficial del ejército prusiano de principios del siglo XIX, probablemente quedaría impresionado por la capacitación y entrenamiento que reciben nuestros jóvenes tenientes, pero podría rascarse la cabeza por la última parte: ¿Comenzar el entrenamiento en el trabajo de nuestros oficiales mientras simultáneamente se desempeñan como líderes? Para este oficial prusiano, nuestro modelo podría parece secuencialmente difícil, pues si la literatura sobre el desarrollo de líder militar tiene un hilo común, ese hilo es el siguiente: la experiencia es el mejor maestro del liderazgo militar.MR Referencias Bibliográficas 1. Huntington, Samuel, The Soldier and the State (Cambridge, MA: Belknap Press, 1957), p. 30. 2. Ibíd., p. 42. 3. XY]X\