Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2014 | Page 68
(Servicio de Guardacostas de EUA)
Buques de desembarco en la orilla durante la marea baja desmontan la carga en Omaha Beach durante en los primeros días de la operación,
a mediados de junio de 1944. Se observan globos de protección y el convoy de vehículos semioruga del Ejército que se forma en la playa. El
LST-262 fue uno de los 10 LST tripulados por integrantes del Servicio Guardacostas que participó en la invasión de Normandía, Francia.
y personal, puede aumentar la presión de sólo
promover o retener a las personas con un historial
impecable, libre de todo defecto. Algunos oficiales
y suboficiales, sumamente calificados, pueden
encontrar que sus carreras no avanzan debido
a un singular contratiempo que ocurrió bajo su
cargo. Tal ambiente —o, incluso, la percepción de
ese ambiente—podría tener repercusiones. Esto
podría ayudar a llevar al Ejército hacia una cultura
de aversión al riesgo, al inculcar una percepción
de que los líderes no pueden darse el lujo de
cometer ningún error. Los comandantes podrían,
cada vez más, elegir “jugar a lo seguro” durante
el entrenamiento y las operaciones de combate
para evitar poner en peligro sus propias carreras.
La adopción generalizada de tal mentalidad podría
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hacer más difícil para los líderes del Ejército, en
el futuro, tomar una decisión importante que
lleva un riesgo significativo. Habría sido difícil,
quizás imposible, para Eisenhower autorizar una
invasión a Normandía, por ejemplo, si hubiera
estado paralizado por una política de cero defecto
o un clima de aversión al riesgo.
La mitigación del riesgo no es una ciencia exacta
y no hay tal cosa como una decisión sin riesgo. El
proceso es un arte y aunque se lleve a cabo brillantemente, los líderes todavía, H