Military Review Edición Hispano-americana Enero-Febrero 2014 | Page 35
amenazas híbridas
de dichas fuerzas armadas pueden quitares sus
uniformes y unirse a una organización de amenaza híbrida que se ha formado rápidamente.
Mantienen la capacidad de continuar el uso de sus
existentes capacidades militares pero ahora operan
sin restricciones en cuanto a las exigencias de
apoyar un sistema estatal decrépito. Esta dinámica
fue observada en Chechenia en la década de los
años 1990 y, hasta cierto punto, en la insurgencia
nacionalista sunita en Irak de 2003 a 2007. Estas
fuerzas militares se mueven hacia “abajo” en el
espectro representado en la Figura 1, en el lugar
híbrido idóneo, probablemente ganando la eficacia
de combate en el proceso, hasta que por último
se retira bajo el umbral mientras se agotan sus
capacidades.
El colapso estatal también es el escenario
mediante el cual una amenaza híbrida probablemente ganaría el acceso a armas de destrucción
masiva (WMD, por sus siglas en inglés). Las
WMD requerirían los mismos prerrequisitos
que toda otra capacidad, pero, por su carácter,
suelen requerir el entrenamiento y sostenimiento
especializado y costoso fuera de lo común y,
puede ser difícil que un adversario híbrido lo
mantenga como una capacidad. Además, la
posesión de WMD por un adversario híbrido
provocaría una respuesta sumamente dura de
los poderes mundiales. El que se podría disuadir
o no a una organización de amenaza híbrida
armada con WMD de la misma manera que se
puede hacer con Estados, puede ser incierto. Los
patrocinadores estatales pueden ser disuadidos
de proporcionar estas capacidades a terceros
híbridos y la historia reciente parece apoyar
esta declaración. Sin embargo, es posible que
los elementos híbridos que adquieren sus WMD
a través del colapso estatal no respondan a estímulos similares que influyen a los Estados.
El colapso de un Estado no ocurre frecuentemente y, en consecuencia, en la mayoría de
los casos, una organización necesitará adquirir
armas, entrenamiento y apoyo avanzado de un
patrocinador estatal. La dinámica del patrocinio
estatal y la guerra por medio de terceros ha
llenado un gran número de libros.11 Basta decir
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que, en este punto, que un patrocinador estatal
proporcionará el apoyo hasta el grado que el
mismo considere que su tercero representa una
medida eficaz para lograr un fin estratégico. El
evaluar su nivel de apoyo según cuán seguro esté
y de conformidad con sus intereses generales, es
una inversión para un grupo específico. Calculará
en términos de alineación de dicho grupo o la
sensibilidad de los deseos del patrocinador y la
capacidad de este grupo de eficazmente lograr
estos deseos.
El Hezbolá libanés tal vez es el ejemplo
actual más válido de un tercero estatal cuyo
patrocinador, Irán, ha proporcionado las capacidades necesarias para operar como un amenaza
híbrida.12 Por otra parte, los extremistas chiitas
en Irak, frecuentemente asociados con el grupo
Jaysh al Mahdi, proporcionan un ejemplo de
grupos que solo reciben el apoyo marginal de
sus patrocinadores estatales en Irán. Irán jamás
proporcionó a estas organizaciones capacidades
operacionales extensas más importantes que a los
penetradores explosivamente formados (EFP, por
sus siglas en inglés) y alguna pericia menor de
entrenamiento y tecnología.13 La yuxtaposición
en las capacidades entre estos terceros, patrocinados por el mismo Estado, es convincente. ¿Por
qué proporcionó Irán capacidades más avanzadas
a Hezbolá que a los insurgentes chiitas en Irak?
Hay muchos motivos, pero tienen mucho que
ver con las distintas dinámicas internas en estas
organizaciones terceras y su capacidad de atraer
y emplear las capacidades proporcionadas.
Ningún Estado quiere invertir recursos en una
organización tercera que no podrá ni apoyará de
manera predecible el logro de sus metas estratégicas. El nivel en el cual un Estado patrocinador es
disuadido por actores externos para proporcionar
un alto nivel de apoyo a un tercero también es
un factor crítico. Si bien, nuevamente, las inclinaciones de dicho grupo tercero será un factor
en los cálculos del patrocinador de los riesgos y
beneficios. En esencia, para atraer un alto nivel
de patrocinio estatal y sus capacidades, una organización debe poseer la madurez necesaria para
hacer que el patrocinio sea una buena inversión.
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